Entonces entro ella con una luz especial el primer día de clases. Vestida de una manera recatada, pero a la vez provocativa con esos jeans ajustados a su cintura que contorneaban su derrier; su carita de niña traviesa, pero discreta; sus cabellos ondulados que se movían a son del viento; su mirada misteriosa, pero de mujer decidida; y, finalmente, de su voz armoniosa, pero potente.
Cristina se sentó detrás de Marlon y muy cerca de Miguel. Los muchachos no dijeron una sola palabra hasta que terminara la primera hora de la clase.
Ella estaba algo desorientada, había sido trasladada de otra universidad por motivos de dinero. El sustento que ella tenía en casa, su padre, había perdido el trabajo y no podía costear más sus estudios en el otro lugar.
Entonces Cristina, rápidamente, de una manera sutil le pidió a Marlon que por favor la ayude con los horarios. Marlon no lo pensó dos veces y se comprometió en hacerlo. Era de vista que superficialmente la chica era de su agrado.
Horarios, reuniones sociales, amigos, trabajos, y más…fue lo que unió a Marlon en amistad con Cristina, pero y Miguel?
A Miguel le gustaba también la nueva muchacha, pero reacciono muy tarde, su hermano ya estaba tras su conquista. Entonces pensó: No me meteré.
Una noche Miguel caminaba cerca de Real Plaza, cuando de manera inesperada Cristina también estaba en el mismo paradero que él, esperando hace más de un hora el carro que la llevaría a casa. No había llevado abrigo, era invierno.
Hola Cristina, que haces por aquí?, pregunto rápidamente Miguel para iniciar una calurosa conversación.
Nada, aquí esperando mi carro, pero no llega y me muero de frio…. Decía ella
Ya veo…Aumm toma…Yo no tengo frio…Mas bien por dónde vives? Pregunto con curiosidad Miguel.
Gracias, que amable que eres…Bueno yo vivo en Jesús María cerca del Canal 2
Y una sonrisa esbozo el rostro de Miguel
Enserio? Vaya coincidencia, yo vivo a tres cuadras de ahí. Te parece si nos vamos juntos?
Cristina asintió.
Durante el trayecto a casa, Cristina no paraba de reír de los chistes de Miguel. Él era tan cómico, alegre y muy sincero que en una, ese frio se convirtió en un ambiente muy templado y cómodo.
Miguel estaba maravillado con el comportamiento de ella, ya que no sabía que compartían el mismo gusto por los video juegos de acción, hasta sabia más que él. Y Marlon? Se le cruzo por la mente, pero un bache lo saco rápidamente.
Bueno creo que ya estás en tu paradero dijo Miguel
Es cierto, Gracias por el entretenido recorrido. Y con un beso en su mejilla cerro la mágica Noche.
Dos días luego de tan productivo encuentro, Marlon tuvo su oportunidad para conocerla.
Hola Cristina, no te olvides que hoy debemos completar lo del proyecto, informaba el
Un silencio primo en el ambiente, ella estaba llorando.
Discúlpame… No me hagas caso! Sí, claro, dijo sollozando Cristina.
Que sucede? Por qué lloras? Alguna nota? …, preguntaba desesperado Marlon.
No es sobre la universidad… es que… mi papa… lloraba ella.
Descuida si no quieres hablarlo, comprenderé, respondía resignado.
No necesito sacar todo esto y me inspiras harta confianza… Vayamos a caminar, dijo ella, secándose las lágrimas.
Mientras caminaban, Cristina le contaba sobre los problemas que pasaban en casa y como su papa había caído enfermo por el stress de las deudas… Marlon muy atento le daba ánimos y le sugería que no debía rendirse y que por su padre debía esforzarse y ser más fuerte.
Cristina entonces se detuvo y lo abrazo, mientras lloraba en su hombro. La reacción de Marlon, a parte de estar sorprendido, fue de abrazarla y tocar sus cabellos.
Ella le agradeció mucho su sinceridad y apoyo. Sabía que él era el amigo en quien podría sostenerse, ya que demostraba más seriedad, era reflexivo y maduro para ese tipo de situaciones.
Luego de que ella se calmara un poco, Marlon aprovecho en acompañarla a casa. Y cuando estaban por despedirse, alguien de manera “accidental” la empujo y un beso fue lo que paso.
Y lo que también paso en ese momento también fue Miguel, con una sonrisa que se desdibujó al ver el ya no agradable paisaje.
A la mañana siguiente los amigos estaban en una actitud extraña, uno más arisco que otro, con miradas que más parecían indirectas. Además, en la espera de que la joven llegara a clases y se sentara junto a uno de los dos, que hacía pocos días habían cambiado de lugares.
Un momento, pero por qué cambiarían de lugares?
Sucede que Miguel nunca le conto de su “salida” con Cristina a Marlon, sin embargo, el rumor de su encuentro ya había llegado a sus oídos gracias a una pasajera que también abordo el mis carro que Miguel y Cristina.
Por otro lado, recordemos el accidental beso.
Ha ambos les gustaba la joven, se notaba a leguas. Y ,también, ambos estaban detrás de su ella.
Ese día la joven no llego a clases. Marlon pensó que sería por lo de su papa y Miguel supuso también lo mismo, porque una amiga muy allegada de Cristina le comento algo de lo que Marlon ya conocía.
Terminaron las clases.
Cuatro de la tarde. A menos de dos metros de la puerta de casa de Cristina, Marlon y Miguel estaban parados frente a frente.
Pensaron: Y este que hace aquí?
Caminaron lentamente, mirándose como si fuesen rivales. No necesitaron tocar el timbre, ella salió sin ser llamada.
Chicos que hacen aquí?
Todo bien Cristina?, pregunto Marlon
Por qué no viniste a clase?, pregunto miguel
Estaba preocupado por ti… dijeron los dos.
Vaya, si que están muy preocupados. Nada solo tuve que hacer unas diligencias en casa. Era todo muchachos…Ahora tengo que irme, respondió apurada.
Yo te acompaño… Hablaron ambos.
Jaja! No, gracias muchachos.
Y ella se fue.
Marlon y Miguel se miraron.
Sus miradas decían más que mil palabras… Por ejemplo: Desde cuando el interés, por qué no me contaste que saliste con ella, y yo por qué no me puedo fijar en ella, etc.
Sería muy largo contar, como fue desde ese día su “amistad” de los jóvenes. Sin embargo, era un hecho que ambos estaban dispuestos a conquistar el corazón de la joven que en gran detalle compartían los mismos intereses: Ella era la ideal.
Seis incasables meses de constantes competencias. Y los que ayer decían llamarse hermanos, mas parecían Caín y Abel, aunque para ser cierto no hubo ningún Abel.
Cristina estaba apabullada de detalles y de ambos jóvenes se había maravillado. Le gustaban ambos. Por azares del destino ella tuvo que viajar de manera improvisada a un lugar “x” que nunca quiso comentar.
Entonces Marlon y Miguel tuvieron el tiempo suficiente para aclarar que ambos gustaban de esa chica y que harían lo posible por estar con ella.
Y que mejor momento que un día en especial para decírselo.
Diciembre 20: Cumpleaños de Cristina.
Marlon le tenía preparada la cita sorpresa en donde le declararía su amor.
Miguel le tenía un regalo especial con una carta donde le pediría que fuese su enamorada.
Ocho de la noche, otra vez frente a frente los dos a la puerta de la casa de Cristina.
Tocaron el timbre. Un señor con terno negro salió. Tenía los ojos bastante húmedos y rojizos.
Señor estamos buscando a Cristina, dijeron los jóvenes.
A Cristina? Ella ya no está aquí… dijo el señor con la voz quebrada.
Entonces dónde? Pregunto desesperadamente Marlon.
Ella está junto a su Madre, en el cielo, dijo el señor, quien era el papa de Cristina.
Los dos jóvenes se quedaron fríos y no reaccionaron. En la sala había un ataúd plomo y junto a él las fotos de una joven que reflejaba alegría.
Cristina había fallecido de un ataque al corazón. Sí. Recordemos ese día que no fue a clases. No fue por su padre exactamente, fue por ella y lo estragos del stress que causo en ella, después de enterarse, en su cumpleaños, que perderían la casa.
El papa de Cristina los hizo pasar. Marlon y Miguel se acercaron al ataúd y vieron el rostro de su dulce Cristina, llena de paz y esa sonrisa que cautivo a ambos muchachos.
Marlon y Miguel se miraron. Y Con una cálida y amistosa sonrisa parecía que en sus mentes se reproducía la imagen del primer día en que la angelical Cristina se cruzó en sus vidas.