17 julio 2012

BIENVENIDOS SEAN TODOS


Tengo problemas. Lo he matado, lo he matado. Me quiso dejar y por eso lo he matado. Él me mintió, me dijo que era solo yo y la verdad es que no era yo, sino ella. Ella, ella no lo quiere. Yo lo sé. Pero él ha querido dejarme por ella y ahora ya no puede.
***
Bienvenidos al matrimonio de Manuel y Rudy. Bienvenidos sean todos.
- Donde están los novios?
- Están que se arreglan.
- Donde está la dama de honor de los novios?
- Está recogiendo los anillos.



***
- Hola, Lorena, tienes los anillos?
- Tú no lo quieres.
- Lorena?
- Tú no lo quieres.
- Uh? Tuuuuuuuuuuuu…………
***
- Me estoy cambian….
- Que haces, TU, aquí? Que haces vestida así?
- Ella no te quiere, cásate conmigo.
- Estas loca, Lárgate!!
- Por qué? Si hoy nos casaremos.
- Que? Donde esta Ru…?
***
Bienvenidos al velatorio de los novios desaparecidos, Manuel y Rudy. Bienvenidos sean todos. La dama de honor está muerta y los anillos han desaparecido, también.
***
Tengo problemas. Hoy me casare con Manuel y ella no lo fastidiara más. Hoy me casare y hasta en la muerte lo amare.

29 mayo 2012

QUE NO TE CAMBIEN LA RUTINA ...

Son las dos de la tarde y estoy tarde por que mi clase empezó a la una. 

No es mi culpa. Bueno... la verdad sí, tener el cabello tan rebelde toma tiempo en arreglarlo. 

Ni modo, correré a mi paradero para tomar la Etelmesa, aunque pensándolo bien tendré suficiente tiempo para arreglarme ya que se demora como 10 o 15 minutos en venir.

Ya en mi paradero aleteo cual pez para que mi movilidad se detenga. Genial! Avizoro un par de asientos.
Bien,ahora cómoda, sacare mi mp3 para amenizar mi recorrido...

California girls.We're unforgettable.Daisy Dukes.Bikinis on top.Sun-kissed skin.So hot....


Hey ... Auch...!!!Ohh... en que momento se lleno el carro? Y bien, una flaca acaba de golpearme con su bolso por sentarse... Por que siempre elijo los asientos que son de cuatro, pero solo entran tres...En fin esta con su flaco, ahí que se acomoden, yo seguiré con mi música....

Hey, i just met you and thi is crazy.But here’s my number so call me, maybe.It’s hard to look right at you baby.But here’s my number so call me, maybe...

Quien me llama? Ohh es el chico que toca mi hombro mientras abraza a su flaca ... me haré la loca!! Fácil se choco... lalala ... Otra vez toca mi hombro, esta vez lo acaricia. !Que extraño! Pero ahora que lo miro de reojo, no esta nada mal el muchacho. Vamos concéntrate esta con su enamorada.
El la abraza, como para darle un beso, y arrecostado en el hombro de ella, me mira y sonríe. Vaya! que hermosa sonrisa, que bellos ojos ... Aguanta! Me esta coqueteando. Me sonroje!!
Y otra vez rodea el hombro de ella con su brazo, esta vez su suave mano acaricia mi cuello... Y me deje llevar... por el vaivén del carro y por sus caricias.
-PARADERO EMANCIPACIÓN, BAJA!!!!, grita un singular numero de personas.
-Debemos bajar, le dice ella.
El ,astutamente, la ubica adelante para que baje primero del carro, pero también hay mas gente delante de ella y una salida que esta apunto de expectorarlos...
Y mientras todos se empujan por bajar primero, el aprovecha en besarme e impregnar su perfume en mis cabellos. Y yo le correspondí....
Y cuando sus labios empezaron a abandonar los míos, por mi mente pasaba la idea de que vivía un extraño sueño, pero no lo era. Por que así es mis estimados y estimadas, el me beso y su enamorada, con poca suerte, se enterara de lo que hizo su "gordito" como le decía en todo el recorrido!


18 mayo 2012

ANTES ...


Antes querías estar solo conmigo.
Antes querías reír a mi lado.
Antes querías arroparte con mis brazos.
Antes querías saber de mí.
Antes querías conocer lo que, en pesadillas, me atormentaba.
Antes querías preguntar por mi cuando no estaba.
Antes querías besarme.
Antes querías mimarme.
Antes querías que nuestros cuerpos fuesen uno.
Antes lo queríamos todo.
Antes lo compartíamos todo.
Antes, todo lo fuimos antes.

Entonces por qué tuviste que arruinarlo, por qué antes, maldita sea, tuviste que engañarme.
Justo cuando ya no existe el después.

25 marzo 2012

ELLA ME BESO (I KISS A GIRL)

Sentada en su cama, con los guantes de box puestos, Cathy tomo un respiro, se seco el sudor de la frente y con frenesí siguió golpeando un saco llenos de trapos viejos.Había excedido algunas cuantas horas mas de su tiempo habitual de rutina. 
Sucede que Cathy no podía quitarse la imagen de una persona de su mente y eso la tenia fastidiada. Sobre todo porque hacia pocos días había terminado una relación de un año con un muchacho que vivía recordandole sus errores en cada discusión y terminaba por decirle que la quería mas que a su vida en cada reconciliación.
Ella siempre se ha descrito como una chica de relaciones cortas, anti14 de febrero y detestar detalles como  corazones, canciones románticas o flores. O como diría ella, una total "guachaferia", pero pudo tolerar todo lo que detestaba por ese tiempo cuando estuvo con el.
Así que con los nervios mas desconectados que nunca después de su ultima discusión,  Juan -su ahora ex - le llevo un ramo de  rosas como señal de que tenían que reconciliarse, pero el muchacho no contó con que Cathy le tiraría las flores por la cabeza, ya que le causaban alergia y ademas las detestaba. 
Después de recordar ese bochornoso momento , Cathy pensó que lo mejor era tomar una ducha helada. Ademas necesitaba sacar a otra persona de sus pensamientos.
Mientras el agua humedicia su lozana piel, tomo el jabón para quitarse todas las impurezas de su cuerpo y lo mismo hizo con el champú. Se masajeo el cabello tanto que creyó que así también sacaría esa "impureza" de pensamiento.
-Es imposible, renegaba en cada momento.
Ya en su habitación, mientras se disponía a vestirse, una llamada las desconcentro de su objetivo.
-Alo?
-Hola, Cathy, tenemos que hablar sobre lo que sucedió.
-Creo que deberíamos ignóralo, no crees?
-Eso dalo por sentado, pero solo quiero que me prometas que no se enterara de lo que paso...
-Ah!Ya veo eso te preocupaba. Descuida ... No tienes por que hacerlo.
-Bien. Adiós.
Cathy tomo su cabeza con ambas manos y miro al suelo sin consuelo alguno. Recordaba cada micro segundo sobre lo que había acontecido unas horas antes de terminar con Juan.
-No debió pasar, repetía mientras estrujaba su húmedo cabello.
Aquella noche antes de que Cathy y Juan se vieran, ella había pactado una cita con Gaby. La joven siempre fue incondicional para que Cathy no desistiera de su relación con Juan y la ayudara  acreer que el amor por siempre si podía durar. Se convirtieron en amigas muy cercanas, tanto que parecían depender una de otra.
Esa noche Cathy le comentaba que Juan ya no seria mas parte de su vida, por que ya no lo quería. Gaby, como siempre, le decía que quizás se estaba precipitando en su decisión. Ambas jóvenes discutieron, por que Gaby no apoyo la decisión de Cathy, como ella lo esperaba. Entonces en menos de un parpadeo Gaby beso a Cathy...Y antes de que dijeran algo, el celular de Cathy timbro, era Juan.
Lo que mas le preocupaba a Cathy no solo era lo confundida que estaba , sino que la chica que la beso, Gaby, era la enamorada de su primo.
*EPICFAIL...





11 marzo 2012

MINTIÉNDOLE A LA VERDAD (CAP III)

CAPITULO III : UNA TRISTE DESILUCION 
Por  Roberto Mandujano Arias


Hoy sentado en mi consultorio, luego de 8 años de haber dejado la universidad, empecé a escribir lo vivido durante todos estos años. La literatura se había convertido en mi mejor compañía durante los días de soledad. Libros como “Poeta en New York” de Federico García Lorca y “Utopía” de Tomas Moro habían hecho brotar mi lado literario. 

Los días en la universitaria habían marcado hondamente en mi vida. Necesitaba escribir sobre ello. Y digo “marcaron mi vida”, no por los grandes amigos que conocí, sino por algo que sucedió ahí…… 

Era un día con mucha lluvia en las calles de Lima, el fuerte frió hizo que llegara a casa muy temprano. El espejo que estaba cerca de mi cómoda se había convertido en el gran jurado, verificaba las palabras adecuadas que debía de decirle. La tarjeta donde expresaba todos mis sentimientos estaba revisada al más mínimo. Quería impresionarla. Era el momento adecuado, ella ya no confiaba más en él, y dijo que le terminaría. Era mi oportunidad y no la podía dejar pasar. 
A pesar de ser un día con mucha lluvia y fuerte frió me levante muy temprano, aliste mi mejor ropa y salí para la universidad. La angustia me abordo durante toda la clase de genética. El profesor Saavedra había terminado, era hora de un receso. Ella salió, la seguí. Se dirigía a la cafetería. Era el momento adecuado, el lugar estaba casi vacío y ella estaba sentada sola en una de las mesas. El destino estaba de mi lado. 
Camine hacia su mesa. Me invito a sentarme. Todo salía bien. Dos tazas de café acompañaron nuestra plática. Era la hora, saque la tarjeta del bolsillo y puse las manos sobre la mesa. Todas mis palabras salieron exactamente como las había preparado. No había duda. El beso seria mío. 
Una asombrada mujer, se dibujo en frente mío. “Esto no puedo ser Rodrigo, yo te considero como un hermano. Lo que me dices es un imposible”. Luego, ella tomo mis manos y con mucha tranquilidad dijo: “No te preocupes, esto a veces sucede”. Mi rostro quedo por unos minutos sin expresar nada. Sin sonrisa y sin llanto. 
Ella se paro y dijo: “Volvamos a clase, el profesor ya debe estar ahí”. La seguí. La clase de psicoanálisis ya había empezado. Durante toda esa hora pensé sobre aquel momento. Quizá debí decir algo y poder convencerla que lo nuestro si tenía sentido. Pero ya era tarde, había perdido la oportunidad. Ella me había dejado todo en claro. 
Me despedí muy rápido de todos al culminar la clase. El trayecto a casa, estuvo lleno de lágrimas. En mi casa nadie noto, mi malestar. Sólo las paredes de mi cuarto fueron testigos del sufrimiento y dolor de aquel día. 
El despertador sonó. Eran las 11 de la mañana, el sábado parecía ser un día domingo. Las calles llenas de lodo y barro, el fuerte frio de las calles habían empujado a las personas a permanecer en sus casas. El dolor aun seguía en mí. Un mensaje en el celular, llamo mi atención mientras leía a Tomas Moro. Era ella. “Perdón si te hice sentir mal. Lo que paso ayer quedara entre nosotros como un secreto. Cuídate”. Al menos estaba seguro de que nadie más sabría sobre nuestra plática.
Durante los días siguientes muchas cosas habían cambiado. El estudiar juntos en la biblioteca después de las clases y las visitas al voluntariado de Lima, habían desaparecido lentamente. Todo iba quedando sólo para el recuerdo. 
Solo tuvieron que pasar cuatro semanas, para que ella logre enamorarse del nuevo compañero de clases. Este era un joven muy distinto a su anterior enamorado. Era culto y amante de la pintura. Su llegada a la facultad fue todo un suceso. En pocos días había logrado desplazar a Raúl del primer lugar. 
Ambos fueron bautizados por la mayoría de sus amigas como la pareja ideal. Las muestras de amor eran evidentes durante las horas de clases y también fuera de ellas. La incomodidad de su primer enamorado no se hizo esperar. Él aun la amaba y hacia lo imposible por recuperarla. Pero el juego estaba perdido, ella no lo quería más. Los pasadizos de la facultad habían sido testigos de grandes discusiones y peleas entre ellos tres.

08 marzo 2012

MINTIENDOLE A LA VERDAD (CAP II)

CAPITULO II: UNA LLAMADA INESPERADA
Por  Roberto Mandujano Arias

Muy temprano cerca de las 6 de la mañana mi celular empezó a sonar. Era Miguel, un compañero del salón, quien entre lagrimas me dijo: “Rodrigo, han asesinado a Cristina”. Un fuerte aire inundo mi habitación, y me dejo sin palabras. El intentaba contarme sobre lo que había sucedido, pero no pudo contenerse más y hecho a llorar. Con voz titubeante respondí: “Pero si ayer yo estuve con ella Miguel, y estaba de lo mas bien, inclusive me dijo que se iría de viaje durante esta semana de vacaciones. ¿Qué paso?”. Él aun mostraba una voz entrecortada. Pase a reanimarlo, pero los intentos fueron en vano. Luego de un momento pudo calmar los ánimos y dijo: “Fue Josué, el estaba enamorado de ella, y no asimilaba el vernos juntos. Muchas veces me dijo que jamás sería feliz, además la policía encontró junto a Cristina una cajetilla de cigarros de las que él siempre fumaba y pedazos de la pulsera con la que siempre andaba, estoy seguro que fue él”. Trate nuevamente de tranquilizarlo. La conversación había terminado, era momento de ir a la Universidad. 
Estaba a pasos de la facultad, el cielo de Lima permanecía aun gris y desde ahí ya se podía notar una gran multitud de personas. Profesores, alumnos y mucha prensa rodeaban el lugar. Necesitaba ingresar y saber lo sucedido. Mi espera no tardó demasiado. A lo lejos distinguí a una Mónica y Daniel que hacían hasta lo imposible por convencer a la seguridad policial para ingresar a la facultad. La amistad que habíamos formado durante un trabajo sobre “La esquizofrenia” permitió que me acercara y juntos trabajemos sobre un mismo fin. Ingresar. 
Subíamos las escaleras, y el miedo que prometimos no mostrar se hacía más evidente. A lo lejos distinguimos a un destrozado Miguel que aun no podía asimilar lo sucedido. Los padres de Cristina lloraban sin entender nada, pues tan solo hace unas horas habían estado con ella. Esa noche quienes la queríamos permanecimos en vigilia. Miles de velas se encendieron en memoria de Cristina. Las anécdotas vividas con ella no se hicieron esperar. Aunque nadie quería precipitarse en dar opiniones, era evidente que todos teníamos ya a un único culpable. Josué. Las evidencias lo señalaban; una cajetilla de cigarros de la misma marca del que acostumbraba fumar estaban cerca del lugar del crimen; eslabones de la pulsera que le había regalado su madre en su cumpleaños número 17, se encontraban regados por el suelo; quizá Cristina forcejeo en defensa y logro arrancárselo; y finalmente el gorro negro que ganó durante un campeonato de tenis en el club regatas. No había duda, él era el asesino. 
Habían pasado ya tres días después de lo sucedido. Cristina descansaba ya en el cementerio Campo fe, junto a su abuela. El entierro estuvo lleno de muchas autoridades, profesores, decanos e inclusive el mismo rector. Nosotros preparamos un pequeño discurso. El gordo Sergio se encargo de leerla. Fue un momento conmovedor. 
Solo se necesitaron de 7 días para que la policía diera con el paradero de Josué. La casa de su tía en Chosica, había sido su refugio. Al ser capturado, y al dar su manifestación el negó todos los cargos. Explicó que sólo se escondió por miedo más no porque él lo hizo. La sentencia, se veía venir: 15 años de cárcel por homicidio doloso habían destruido su carrera y habían dejado a sus padres y hermana en profunda tristeza. Se hizo justicia. La idea de un crimen perfecto no se había cumplido. 
Los días siguientes se volvieron melancólicos, era difícil continuar con la clase teniendo una carpeta vacía. Miguel no era el mismo, permanecía sin hablar durante toda la clase y su rendimiento durante ese semestre había decaído. A los pocos días; la noticia de que Paty, nuestra delegada de salón, esperaba una niña modifico los ánimos de todos nosotros. Alguien más se integraba a la familia del salón 212 de psicología. La niña nació durante el verano del 2004.Paty no dudo en llamarla Cristina. 
Habían pasado ya, cerca de un año desde que Cristina no estaba con nosotros. Los ánimos ya se habían calmado, pero aun sentíamos su vacio. Miguel pudo superar ese dolor, y se había hecho más fuerte. Los cuatro meses que restaron para dejar la universidad, se fueron demasiado rápido. 
Era el día. Estábamos a pocas horas de nuestra graduación. El nerviosismo se apoderaba de todos nosotros, el discurso que por meses habíamos preparado serian hoy escuchados. Alce la mirada, mis padres y hermano estaban en la tercera fila. El lleno total del auditorio me intimidaba. Camine hacia el atril, era hora de mi discurso. El corazón me latía a mil por hora, mi boca empezaba a pronunciar todo lo que había preparado para ese día, pero mi mente sólo navegaba hacia los días vividos en la universidad. El fuerte sonido de los aplausos hizo que volviera. Había terminado. 
La despedida estuvo lleno de lágrimas y de intercambio de números telefónicos. La promoción “Cristina Schull Ortiz”, en nombre de Cristina; había dejado huella. Dos diplomas ganadas en el concurso de psiquiatría en España habían sido nuestros grandes méritos. Habíamos dejado el nombre de nuestra universidad en alto.

06 marzo 2012

MINTIENDOLE A LA VERDAD

Por Roberto Mandujano Arias
CAPITULO I: Encuentro Clandestino

Mi respiración comenzaba a aumentar, mi cuerpo empezaba a temblar, mi mente no recordaba lo que ahora debía de hacer; pero mis brazos no la habían olvidado. La cogieron fuertemente y la acercaron hacia mí. Era la primera vez que tocaba sus suaves mejillas; que miraba de tan cerca sus pequeños ojos. Pero esta vez, había algo diferente en ella. Una pequeña cicatriz se ocultaba debajo de un fuerte delineado negro. Mi libro de psicología reclamaría incluir ese nuevo detalle; sus últimas hojas en blanco habían servido para dibujar esa dulce mirada. Recuerdo haberlo hecho una madrugada mientras leía sobre “la adolescencia según Freud”.

La volví a mirar, ella permanecía quieta, sus ojos seguían viéndome fijamente, pero aún no decía nada. En ese instante, con mucho miedo y temor me acerque más a ella, lentamente cerré los ojos y la besé. Era el momento con el que había soñado muchas veces estando despierto, el que los árboles de la universidad aún no habían visto, el que cupido aun no conocía. El beso que nadie creería como cierto. Ese instante debió haberme hecho tocar el cielo y dejarme sentir el viento soplar sobre mi rostro.......pero jamás lo podría ser. No podía dar marcha atrás, ya lo había hecho. 

Fue necesario un fuerte viento que inundo nuestro lugar, para poder tomar conciencia de lo que había pasado. Me puse de pie, cogí mi maleta negra que estaba sobre las losetas desgastadas del baño y sin despedirme de ella, abrí suavemente la puerta y salí. Caminaba lentamente por el pasadizo del baño pero los pasos de una muchacha que se acercaba a los lavaderos hicieron que regresara. El miedo nuevamente me invadía. Fueron cuestión de segundos para que todo quede en silencio, era el momento adecuado para salir. Retome los pasos ahora con celeridad, pero el llamado de su voz me dividieron. Era regresar o seguir. 

No sé si fue la mejor elección, pero ya estaba afuera. Respire hondo y seguí. Por varios minutos camine solo por ese oscuro pasadizo de la facultad; pero una gran sonrisa se dibujo en mí, al recordar los buenos momentos que pasea ahí. Trabajos de neurología y psicoanálisis se habían debatido por varias semanas ahí. Una fuerte voz hizo que todas esas imágenes se esfumaran .Era Raúl, el más ferviente seguidor de las teorías de Piaget. Él no dudo en acercarse e invitarme a observar desde el balcón del segundo piso, la celebración de fin de ciclo. Era una multitud de universitarios que festejaban los triunfos logrados y los pocos meses que quedaban del año. Raúl levanto su mano derecha, los señalo y dijo: “La gente más feliz no necesariamente tiene lo mejor de todo... simplemente disfruta al máximo de todo lo que encuentra en su camino”. Sus palabras habían llegado tarde hacia mí. No podía dar marcha atrás, ya lo había hecho. 
Con un fuerte apretón de manos di por concluida nuestra conversación. Trate de ocultar mi nerviosismo pero estaba seguro que Raúl, uno de los más grandes alumnos de psicología, lo había notado. Estaba ahora apresuradamente buscando las escaleras para llegar al primer piso, por un instante había desconocido todo ese lugar. Mi nerviosismo era evidente. 
Por primera vez había salido de la universidad solo con ganas de escuchar los estresantes sonidos de autos y buses. Estaba fuera y eso me calmaba. El camino a casa se hacía cada vez más largo; pero en el bus todo seguía igual, estudiantes y adultos dando pequeñas siestas, vendedores ambulantes subiendo con las mismas historias de siempre y la infaltable bulla de uno de los parlantes del bus. Quizá todo esto había colaborado para poder retomar la calma. 
Subí las desgastadas escaleras del edificio donde vivía, y en ese instante la calma se alejo de mí. Nuevamente todo lo sucedido retornaba. Sentí que sus ojos aún buscaban los míos, que su voz todavía seguía llamándome. Quise regresar, pero no podía dar marcha atrás. Ya lo había hecho. Con algo de nerviosismo toque por casi 10 minutos la puerta y nadie contesto. Pues pensé, tal vez mis padres estarían en una de sus tantas reuniones familiares y mi hermano, en sus clases de guitarra. Baje la mochila de mi espalda, la abrí y empecé a buscar el manojo de llaves, al parecer no quería que las encontrara. Estaban muy bien escondidas debajo de mis libros de genética. 
Todo adentro permanecía igual. El viejo sillón heredado por mi abuelo y el pequeño televisor en blanco y negro aún seguía ahí. Era hora de leer lo que ahora debía de hacer. Entre a mi cuarto, me acerca hacia el velador, abrí el cajón y cogí mi pequeño cuaderno azul de apuntes. Lo leí y di una sonrisa. Ya no había más dudas, era ella a la que estuve buscando siempre. Era hora de descansar, no había nada que temer. Me desperté durante toda la madrugada cerca de dos veces, los recuerdos de ella aun se mantenían muy claros en mí. Solo el momento de ese beso era lo que pudo dejarme soñar y permitirme descansar esa noche.